jueves, 27 de mayo de 2010
Poema del querer
miércoles, 26 de mayo de 2010
Una noche sin luna
viernes, 14 de mayo de 2010
Recuerda mi nombre.
Cuando tu mente abandone las entrañas de tu corazón.
Cuando la palabra amor ya no signifique nada en tus labios.
Y tu vida y la mía ya no sean una.
Recuerda que las palabras cambian el mundo.
Y que no hay ninguna tan cambiante, tan brillante,
tan hermosa, tan perfecta como mi nombre.
El pueblo se alza a su paso, todo cae, la vida resurge, la revolución empieza.
Soy la libertad
Recuerda mi nombre.
lunes, 22 de febrero de 2010
Y que decir de San Valentín...
Yo creo que eso no tendría porque existir, si quieres a una persona la quieres tanto si es hoy como mañana, no tienes que demostrarle tu amor en una fiesta inventada que al final solo sirve para lo de siempre: consumir. Ya no saben que inventar para que compremos.
Comprar comprar comprar comprar y comprar es lo único que sabemos hacer, lo próximo que va a ser inventar el día del niño mimado¿?
Hay que parar esto.
TE AMO, sea san valentin, san juan, san pedro... (y la puta en medio). Las 24 h, 365 días al año (366 en bisiesto)
sábado, 30 de enero de 2010
El regreso de la escritura va para largo :)
martes, 21 de abril de 2009
Al final he ganado!!!
lunes, 16 de marzo de 2009
Arundo Donax 2009
martes, 17 de febrero de 2009
concurso de lengua
¿Quién?
Me despierto en la oscuridad absoluta, el dolor que el sueño había alejado de mí vuelve con más fuerza, todas las células de mi cuerpo arden, no creo que vuelva a ver la luz del Sol; pronto vendrán a buscarme, abrirán mis rejas y… Si, ya están aquí. Oigo el retumbar de las pesadas botas del capataz, tengo su huella marcada en la espalda. Me sacan de mi celda a rastras, pues estoy tan agotada que no me puedo levantar. De todos los presos que he conocido al que más aguantó le hicieron seis y yo ya llevo cinco, nunca pensé que el dolor pudiera ser tan grande, capaz de alcanzar extremos insospechados, pero ya no sé que más pueden inventar para torturarnos. Acabo de llegar a una gran sala y la luz de las antorchas me quema en los ojos, hay muchas. Un gran aparato está situado en medio de la estancia, el potro. Ahora ya sé porque nadie volvía de la sexta visita.
El hombre que me ha llevado a rastras me tira al suelo y bloquea la única salida. Mientras tanto mis dos verdugos, que son los mismos que las otras veces, empiezan hablar entre ellos. Una figura que yo no había visto antes los manda callar y se acerca al capataz.
- Ya tenemos a la bruja, padre - dice el capataz.
- Muy bien, vamos a empezar - responde.
La figura resulta ser un sacerdote, esto es nuevo, a saber que me harán. El sacerdote se acerca a mí y empieza a hablar.
- Soy el padre Esteban y he venido para que confieses y te arrepientas de tus pecados.
- Padre Esteban- consigo articular- no sé por qué estoy aquí por lo que no me puedo arrepentir.
- Sigues negándote a abrazar al señor, pues no hay otra opción.
Hace una pausa y se acerca al potro.
- Lo acaban de traer, es lo último en torturas, Ya tendrás tiempo cuando se te quiebren los huesos lentamente para arrepentirte. Y más aún lo tendrás en el infierno.
- ¡Pero padre! ¿cómo me puedo arrepentir?, si no sé de qué tengo que arrepentirme.
- Podrías haberte arrodillado ante el Señor y él te hubiera perdonado. Pero ahora no tienes salvación.
- Un dios que obliga a sus más cercanos en este mundo a matar de las formas más terroríficas a gente, no merece ser amado y reverenciado.- le contesto, y eso es lo último que me oirán decir.
- Pues siendo así, muere.
El sacerdote hace un ademán con la mano y sale de la sala. Al momento los verdugos me cogen y me colocan en la máquina, agarrando mis muñecas y tobillos a las argollas, tensándolas hasta que empiezo a sentir dolor, pero eso no es nada. La tortura empieza, las palancas se mueven, se van separando y mis extremidades con ellas, el dolor se extiende lacerante y abrumador, recorriendo todo mi cuerpo buscando mi alma. A pesar de todo el dolor, no grito, sólo una sonrisa aparece en mi cara. Sabía que pasara lo que pasara no iba a volver a ver la luz del sol, lo único que no se me pasa por la cabeza es quien me delató. ¡Por fin voy a morir! Y que extraño que todo empezó cuando llamaron a mi puerta…